El primer paso consiste en instalar un caudalímetro de aire comprimido preciso y adecuado en todos los puntos esenciales para obtener datos de medición fiables, por ejemplo, aguas abajo de cada compresor. El caudalímetro se instala directamente en la línea principal, a la salida del compresor. En un primer paso, lo ideal es registrar el consumo de aire comprimido en la línea principal mediante un Registrador de datos inteligente, y medir al mismo tiempo el consumo de potencia del compresor.

Medición simultánea del consumo de energía [kWh] y de la tasa de entrega del compresor^[m3] permite determinar la potencia específica del compresor en ^[kWh/m3]. La potencia específica da una indicación de cuánta energía se necesita para producir un metro cúbico de aire comprimido. Dado que los costes energéticos constituyen la mayor parte de los costes totales de un sistema de aire comprimido, es aconsejable registrar los valores descritos para poder tomar medidas en caso de que la generación de aire comprimido se vuelva ineficiente con el paso del tiempo.

El mayor reto a la hora de medir la tasa de entrega directa (o FAD) de un sistema de aire comprimido son las duras condiciones en las que el medidor de flujo debe funcionar de forma fiable, así como las altas velocidades que pueden producirse y que deben ser absorbidas.

La temperatura del aire comprimido directamente a la salida del compresor suele ser más alta que con un medidor de flujo convencional, y el grado de humedad también es casi saturado, lo que significa que puede producirse condensación. Este tipo de condiciones no son adecuadas para todos los principios de medición.

El caudalímetro VD500 mide según el principio de presión diferencial y permite realizar mediciones de hasta 600 m/s. El dispositivo también es adecuado para condiciones de calor y humedad. Medición directa a la salida del compresor hasta 180°C es posible con el VD500.